El último hotel que nos quedaba para reseñar es el Hotel Edoya.
Mi opinión sobre este hotel es muy buena, el único punto malo destacable es la ubicación por la subida que hay antes de llegar al hotel, aunque leyendo otras opiniones pensábamos que sería mucho más fuerte.
El hotel está ubicado cerca de Akihabara, un buen lugar si sois frikis. También se puede ir andando hasta el Tokyo Dome, y al jardín Koraku-en que hay al lado. El metro más próximo es Suehirocho (Ginza Line).
Antes de entrar, hay una especie de mesa y sillas por si quieres descansar a fuera, cosa que se agradece, ya que es extraño ver bancos. También había unos antimosquitos con forma de espiral a libre disposición (supongo).
Al entrar, encontramos una sala de estar bastante grande, con sillas y mesas donde podemos leer la prensa, conectarnos con el portátil vía Wi-Fi, o hacer uso de los ordenadores e impresoras del hotel.
Siempre hay alguien en recepción, sea la hora que sea, y los recepcionistas más o menos se defienden con el inglés.
La conexión Wi-Fi sólo funcionaba en la planta baja o en algún lugar del primer piso, y lo tenían configurado de alguna manera extraña, ya que en nuestro portátil funcionaba, pero con mi móvil no, y con el portátil de otra gente, tampoco.
Todo el hotel era de moqueta, y en los pasillos siempre tenían puesto en marcha el aire acondicionado.
Con respecto a la habitación, al entrar había un recibidor con un par de zapatillas para que las utilizaras dentro de la habitación, que era toda de parquet. En nuestro caso, después había una sala en donde podías entrar en la habitación de la ducha y bañera, al WC o al dormitorio. En esta sala había el lavabo con un espejo y un secador, y cada día dejaban un peine, un cepillo de dientes, una cuchilla de afeitar, jabón de ducha y jabón de mano. Debajo, había una canasta con dos toallas de mano y dos de ducha.
En el WC, había unas zapatillas de color rojo para utilizarlas únicamente allí, pero no tenía mucho sentido porque era un espacio tan pequeño que no te podías ni mover, prácticamente.
La ducha y la bañera, estaban en la misma sala, pero por separado. Yo uno de los días opté por hacerme un mini-onsen particular llenando la bañera de agua caliente.
El dormitorio estaba compuesto por un futon doble, un sofá, una mesilla con un termo de agua caliente y un juego de té que cada día renovaban, una nevera y un televisor encima. También había aire acondicionado, cuyos mandos estaban en la pared, al lado del futon, y otro mando para poner música ambiente. Finalmente, la habitación tenía un teléfono con función de despertador. Destacar también que las almohadas del futó tenían dos caras: un lado con textura de granos de arroz, y por el otro, normal.
En el último piso del hotel, había diversas opciones: una terraza desde donde observar las vistas de la calle, una sala donde descansar con butacas, la zona de lavadoras y secadoras, un par de máquinas expendedoras de bebidas (una de ellas de cerveza), y los onsen (baños termales), uno para cada sexo.
El onsen tenía una zona con taquillas para guardar la ropa, y después se entraba en una zona donde habían los asientos para sentarse y lavarse (había tres tipos de jabón), y al lado, había dos onsen (en el de mujeres, uno), que parecía como si tuvieran arena. Aparte de eso, había una pequeña sala con sauna (sólo en el de hombres). Más en el fondo, había una puerta para salir a fuera, donde encontrabas otro onsen más pequeño al aire libre.
En el sótano, estaba el aparcamiento, y a un lado, una salida por donde te podías marchar sin tener que entregar las llaves en recepción. Aparte, había el restaurante (buffet libre) donde se podía desayunar con los cupones que te daban gratuitamente en recepción cada día.
Comparado con los precios otros hoteles, éste no está nada mal, ya que el precio es un poco superior pero incluye el desayuno, es decir, que la diferencia de precio ya queda amortizada con el desayuno.
Habitación doble: Martes-viernes: 9,580 yenes / Dissabte-Dilluns: 8,540 yenes (precio de la habitación)
Web: Hotel Edoya
Vídeo: Hotel Edoya - Tokyo